Cuando el corazón navega entre dos aguas… todo se complica
sobremanera, de forma tremenda los sentimientos se ofuscan, el entendimiento da
paso a la sinrazón y todo se convierte
en una vorágine difícil de dominar.
Cuando tienes un hijo… y no encuentra su camino, te cuestionas, que fue lo que hiciste mal para que no se sepa
orientar… para que no encuentre su horizonte, sientes impotencia, infelicidad,
desasosiego, incapacidad para dilucidad lo que le podría dar la luz, sientes
agotamiento de tanto pensar… sueñas con que sea una pesadilla y todo se
resuelva, las lagrimas surcan tus mejillas sin poder evitarlo, y es que cuando
ves sufrir a tus seres queridos, tú, tú sufres más, mucho más es inevitable.
Estas generaciones que hemos parido nosotros están llenos de
enigmas… no sé si es siempre la misma rueda… pero creo que no, es la falta de
iniciativa por tenerlo todo… por no ansiar casi nada, eso produce falta de
sueños y marchita las realidades, marchita las realidades…
Croares para tod@s los que me lean.
Luisa Martínez-LILITRANA
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