En estos momentos, la verdad me ha pillado desprevenida, no me imaginaba yo, que me iba a atacar… me encontraba demasiado
bien, demasiado…, para levantarme la
mañana del domingo, y, así, sin más, mis rodillas, estuvieran ambas, hinchadas y doloridas… con pinchazos como agujas, a medida
que fue pasando el día, me di cuenta, de
que mi cuerpo, se hacía más y más quebradizo, como cuando tengo un brote… mis
hombros, mis codos, mis glúteos, todo iba en aumento…
El sábado salí a tomar unas infusiones tranquilas con mi
primo, fuimos a Astorga, hacia mucho, mucho frio… tal vez, no me sentó bien, no se…
He decidido no preocuparme, no agobiarme, no obsesionarme…
tomaré los antiinflamatorios, no forzaré
nada mis “piernecillas” y se me pasará, claro que se me
pasará, y esta vez, incluso lo conseguiré
antes que en otras ocasiones; pues
procuraré no pensar nada en ello, unos días,
me trasladaré a casa de mi hermanita que
me dará una ración extra de mimos y así pensaré que no estoy enferma solo estoy
en compañía de mi mejor amiga.
Me cuidaré mucho, pero mucho, no haré mis ejercicios hasta que se me baje la
hinchazón y comeré adecuadamente. Leeré
bastante y todas las noches me acostaré pensando que al día siguiente voy a
levantarme mejor. Y eso será todo.
No voy a pensar cosas como porque a mi… o, esto me deteriora mucho…o, no deja de atacarme… Estos pensamientos están prohibidos
en mi mente.
En las horas de trabajo, las dedicaré a pensar en mi familia y en mis amigos, me voy a proponer que, cuando me siento bien,
no debo abusar de mis mejorías… (He
cogido alguna bolsa más pesada de la cuenta…para mí), pues he comprobado que en el momento que me
salgo de mis rutinas lo pago caro…
Bueno, estas cosas… me hacen más y más fuerte cada vez, pues yo, nunca, jamás, pienso tirar la toalla, soy mi propia heroína y libraré mi propia batalla.
El “cancerbero” se equivoca conmigo, pues, cada vez que me ataca más fuerte me hace, más
ganas tengo de disfrutar la vida, de vivir los momentos y de sentir cada uno de
los latidos de mi corazón y me siento imparable y aunque mis fuerzas físicas mengüen,
mis fuerzas anímicas crecen y nunca
dejarán de hacerlo. Si yo puedo, tú también, todos somos lo mismo… todos
pertenecemos al Universo.
fuente de fotos google, y del albúm de Carmen Muñiz Zárraga
Croares para tod@s los que me lean.
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