jueves, 7 de noviembre de 2013

MIS DOCE HORAS LABORALES...

Eran las ocho de la tarde, abrí la puerta del laboratorio de extracciones y salí taciturna, desorientada, agotada, caminaba lento, he iba pensando en la suerte que había tenido pues me toco una compañera que me ayudó a realizar la tarea sin sentirme agobiada... Doce horas de trabajo son muchas horas aunque solo sea una vez al mes, y en mi caso personal para mi supone varios días para recuperarme.
Que leas esto no impide que escuches música, pincha el video.


En la jornada laboral de siete horas, la última hora para mi cada día es un record más a superar, pues siempre me siento al límite del agotamiento, me lo  "como"  para mi todo lo que puedo pues no es cuestión de participarle a los compañer@s de mi entorno como me siento, sería cansina a más no poder y terminarían por repudiarme por decirlo de alguna manera.



No es "plato de gusto" estar escuchando todos los días a una persona quejarse...y, lamentarse de como se siente realmente. Desde que padezco fibromialgia, todo mi mundo ha cambiado, he tenido que renacer de nuevo, he tenido que rehacerme a mi misma siendo consciente de mis muchas limitaciones. A la gente que me quiere, a mi familia, a mis amig@s, a mis compañer@s, incluso a ell@s a veces les cuesta comprenderme...

Yo, que siempre he sido la mujer de la eterna sonrisa... con aspecto saludable... no puedo sentirme tan mal... es imposible... y a veces no les entra en la cabeza. Aunque saben que estoy mal y que arrastro mi problema, ell@s quieren y me obligan a que aparente que estoy bien. Es su manera de ayudarme, de quererme de preocuparse por mi...

Lo que no se imaginan, es que a mi en ocasiones me resulta insoportable tener que aparentar un bienestar que no siento en absoluto, cuando desearía arrastrar todo mi cuerpo dolorido y estar un poco incomunicada y libre para no pasarme la vida disimulando mi salud ausente.



Me riñen porque no cojo el teléfono, o porque no hago más vida social, y se les olvida que lo que ellos realizan rutinariamente para mi es una prueba de titanes... aunque no lo parezca.

Yo pienso que soy una buena actriz y realizo el papel de mi vida con gran naturalidad y por eso no comprenden que cuando me bajo del escenario en mi intimidad puedo mostrarme tal cual me siento, ósea, "una muñeca rota"; y, por dicho motivo tengo que priorizar las cosas que realizo en mi vida diaria para seguir manteniéndome en pie al día siguiente.

Los facultativos me dicen que es así,  que tengo que luchar,  que "mi cabeza" trabaja mucho, pero cuando una persona lleva más de seis años levantándose cansada en el mejor de los casos, y, agotada casi siempre la mayoría, cuando una persona lleva más de seis años sin poder decir ni un solo día hoy no me DUELE NADA, las experiencias hay que vivirlas para contarlas con conocimiento de causa, por mucho que expliques como es un parto, nunca lo sabrás del todo hasta que has parido...

Cuando padeces una enfermedad crónica, los parámetros de tu vida cambian, pues nunca volverás a ser el mismo, nunca volverás a estar sano, no es una enfermedad que tiene un periodo de tiempo y luego te olvidas de lo que sentiste prácticamente... una enfermedad crónica te recuerda todos los días de tu vida que está ahí latente, dispuesta a atenazarte y tenerte a su merced al mínimo descuido...

En varias ocasiones me he cuestionado jubilarme... pero en otras tantas no. El porqué es poliédrico no tiene una respuesta fácil, hay muchos y diversos motivos, unos contradictorios, otros de peso específico, pero hoy no voy a ahondar en este tema.

A pesar de todo, no estoy triste,  me he ido fortaleciendo, he aprendido a luchar, a echarme muchas cosas a las espaldas y no regodearme en ellas pues no me harían bien alguno y en cambio me restarían energía que para mí es muy valiosa.

El ser humano tenemos una tendencia muy elevada a juzgar a la ligera sin profundizar en el tema a tratar en cuestión. Somos muy dados a decir si fuera yo... haría, diría, me obligaría... En la mente a veces resulta tan sencillo solucionar los problemas cuando no son personales y en primera persona...

El ser humano tenemos una tendencia a en ciertos momentos carecer de humanidad..., laboralmente hablando se me ocurren tantas cosas, cuando llevas más de veinte años trabajando para una empresa, y has cumplido siempre correctamente, supongamos que un buen día de la noche a la mañana te arrebatan la salud de cuajo, pero encima es una enfermedad tan traicionera que a pesar de no estar bien, tampoco te limita al 100 por 100, con lo cual puedes cumplir con tu cometido laboral si consideran tu problema y buscan un remedio a ello colocándote en un nuevo lugar que se adecue más a tus limitaciones. Aun así, imagínate que a pesar de estar en un lugar más adecuado, en ciertos momentos cometes el error de pedir ayuda en un momento puntual pues te sientes imposibilitado para realizar cierta tarea. La primera reacción  por parte de los que están capacitados para realizarla, es decir, si no puede que se vaya, si no puede que no venga, si no puede  que pida la baja. Nadie dice:  ayudal@ que es algo que no ocurre prácticamente nunca no es un hecho repetitivo ni habitual. Ayudal@ que durante toda su historia laboral no tenemos que reprocharle nada, ayudal@ que mañana puedes ser tú el que estés en una circunstancias parecidas y te gustaría sentirte comprendid@...ayudal@ porque no somos máquinas que cuando se estropean se sustituyen por otras y las estropeadas se tiran para reciclar,  en el mejor de los casos.
 Somos personas humanas, tenemos sentimientos, tenemos alma, tenemos corazón, tenemos sensibilidad, tenemos raciocinio y ninguno estamos exentos de que nos ocurra.

No podemos ser tan fríos y calculadores, no podemos decir que nos avergonzamos por pedirle a una persona sana y joven, que en un momento puntual  le eche una mano al que lo necesita y además decir que nos sentimos mal por ello. Pero que clase de humanidad estamos creando, donde están los valores del corazón, donde está la generosidad del alma, desde cuando ayudar en un momento dado puede ponerle la cara roja a un superior por pedirle a un compañero que te ayude UNA VEZ PUNTUAL, y repito puntual porque no se trata de algo diario y repetitivo...

Los seres "humanos", estamos perdiendo lo más valioso, la HUMANIDAD...

Las cosas podrían ser tan fáciles si se hicieran correctamente... si no hubiera, intereses por el medio, corruptelas y demás.
 A la empresa que yo pertenezco si se gestionaran bien las cosas y con honorabilidad no habría ni la tercera parte de los problemas que se crean entre los trabajadores, en mi estamento, si la "humanidad" se tuviera en cuenta, todo sería distinto, cuando somos jóvenes todo lo hacemos con ganas entusiasmo y presteza, podemos desarrollar los trabajos más duros, a medida que transcurre nuestra vida podríamos ir rotando y dejando los trabajos más costosos físicamente hablando  a las nuevas generaciones y los  más moderados, dejarlos para los que  ya  con los años,   demostramos sobradamente que  hemos colaborado en todo;  pero cada etapa tiene sus valores,   en una gran empresa como la mía hay muchos y  variopintos lugares para ubicarnos a todos correcta y satisfactoriamente si se hicieran los proyectos con humanidad, en lugar de fríamente precisos... los resultados serían sorprendentemente más satisfactorios, habría muchas menos bajas, el personal se sentiría más respetado y valorado, y, como consecuencia se rendiría mejor y los resultados globales serían HUMANITARIOS,  como consecuencia mucho más productivos, pues si al ser humano le motivas el corazón rinde mucho mejor con la cabeza.

LILITRANA


Fuente de fotos google
Fuente de video youtube




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