Quiero contar esta experiencia por
la que he pasado recientemente y deseo dar testimonio de mi particular batalla
para insuflar esperanza a personas que lo padezcan y decir que el cáncer se
puede vencer y curar.
Los que siguen mi blog saben que
no es al primer cancerbero al que me enfrento, llevo unos diez años luchando
con la fibromialgia , en este largo periodo de mi vida me he dado cuenta de que
la actitud es una clave fundamental para triunfar ante una situación totalmente
negativa.
Poniendo de tu parte toda la carga positiva
que tengas dentro del corazón y pensar con todas tus fuerzas que querer es poder.
Una revisión rutinaria en Salud
Laboral fue suficiente para descubrirme un bulto en mi cuello, eso me derivó a
una ecografía y de ahí a un diagnóstico de cáncer…
A partir de ese día que me
diagnosticaron, todo fue como una vorágine que me arrollaba sin yo poder casi
pensar con claridad, la palabra cáncer es impactante y lo primero que te viene
a la mente es muerte…, los sentimientos se te agolpan en la garganta y
comienzas a realizarte muchas preguntas casi todas sin respuesta…, tienes miedo
por ti mism@ y por el dolor inmenso que causas en tu entorno, tu familia y
amig@s se te parte el corazón al verlos sufrir por ti, y al mismo tiempo estaba
asustada muy asustada, comienzas a repasar tu vida rápida, fugazmente y piensas
que todavía no estás preparada para esto, que no es el momento, que no te
cuadra ahora…
Reflexioné y pensé que aceptaría
lo que fuera, pero que lucharía como una
campeona como lo he hecho con mi antiguo cancerbero, la fibromialgia. A raíz de
ahí todo fue más fácil, la actitud lo es todo en esta vida.
Cuando iba por los pasillos del
hospital en dirección al quirófano con parte de la gente que me quiere detrás mío,
yo iba tranquila y relajada y con un sentimiento interior de triunfo y una gran
paz espiritual, sé que eso me ayudó y me
dio una fuerza casi mágica para que todo saliera bien.
Somos más fuertes de lo que pensamos y aunque
pasar por algo así es una dura prueba, posiblemente la más fuerte a la que me
he enfrentado. He de decir que la cicatriz que ha día de hoy tengo en mi cuello
sirve para recordarme que lo tuve y lo vencí. (Después de la intervención el
resultado de la anatomía patológica confirmó que era un carcinoma papilar de
tiroides). Pero me cogieron muy a tiempo y he quedado totalmente limpia.
Esta Navidad para mí es especial,
tengo la sensación de que la vida me ha dado otra oportunidad y no pienso
desaprovecharla, voy a darle todavía más prioridad a mis sentimientos e
intuiciones, a mis pálpitos del corazón, y como decía Borges en un poema: “comeré más
helados…”
Doy las gracias a mi familia y a
todos mis amig@s y compañer@s de trabajo que me dieron tantas muestras de amor
y cariño, que yo recibí como la mejor de las ambrosías,
gracias de corazón a todos por vuestro apoyo y vuestros mimos.
Dedico esta página a mi hermana
Camino y a mi amiga Celi que estuvieron a mi lado a cada instante, haciéndome sentir
la persona más querida del mundo.